Dieta cetogénica médica y dieta keto para el descenso de peso

La dieta cetogénica médica y dieta keto para el descenso de peso habitualmente se piensan como sinónimos, pero no lo son. Estas dietas se diferencian en varios aspectos y tienen como finalidad distintos objetivos y tratamientos nutricionales.

 

Dieta keto

La dieta keto o low carb (baja en hidratos de carbono) se utiliza para descenso de peso. En cambio, la dieta cetogénica médica (TMC), se aplica para el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas.

La dieta keto se basa en una alimentación alta en grasas y proteínas. Restringe los carbohidratos para lograr un significativo descenso de peso a través del proceso de cetosis en sangre. La cetosis es un estado metabólico en el cual el organismo utiliza las grasas y las cetonas en lugar de la glucosa (azúcar) como principal fuente de energía. Cuando los niveles de glucosa e insulina disminuyen, aumenta la producción de cuerpos cetónicos (generados por el hígado), que se producen por la falta de reservas energéticas.

 

Dieta cetogénica

La dieta cetogénica es una dieta rica en grasas, moderada en proteínas y baja en carbohidratos. Durante el seguimiento se consigue un estado metabólico similar al de un ayuno, en dónde el cuerpo produce cuerpos cetónicos como una nueva fuente de combustible. Estos metabolitos derivados de la grasa son utilizados como una vía para obtener energía para el cuerpo.

Es importante destacar también que la TMC restringe las proteínas además de los carbohidratos. La cantidad de proteína permitida en la dieta cetogénica médica depende de los requerimientos del paciente, se les permite solo la proteína suficiente para mantener la masa muscular de su cuerpo, pero no más.

 

Dieta cetogénica médica vs. dieta keto

La dieta cetogénica o terapia metabólica cetogénica (TMC) comenzó a utilizarse con éxito en 1920 para tratar a pacientes con epilepsia. Con el desarrollo de nuevos fármacos anticonvulsivos se dejó de utilizar. Sin embargo, en 1996, por investigaciones y ensayos clínicos de la Sociedad Americana de Epilepsia, se volvió a utilizar en varios hospitales. Actualmente se la utiliza como una opción de tratamiento más para ciertos formas de epilepsia refractaria.

La TMC debe ser diseñada por profesionales especializados. Siempre debe contar con la supervisión de un equipo interdisciplinario conformado por neurólogos y nutricionistas. Estos profesionales son quienes van a asegurar que se cubran los requerimientos nutricionales y monitorear la evolución del tratamiento.

A su vez, los pacientes con una dieta cetogénica médica seguirán la dieta durante un período de tiempo específico.

Una dieta cetogénica para descenso de peso generalmente se enfoca más en limitar los carbohidratos, con menos restricción o limitación en el aporte de proteínas.

En comparación, la dieta keto limita los carbohidratos a una cantidad determinada: 50g (keto) o menor 100g (Low Carb) apunta a un cierto porcentaje de calorías provenientes de carbohidratos, proteínas y grasas.

Los alimentos que se destacan en este tipo de dietas son: aceites, frutos secos, aceitunas, crema de leche, quesos duros, semillas, carnes, pescados grasos (atún, caballa, sardina). Es importante leer las etiquetas para poder identificar y evitar la presencia de carbohidratos en forma de almidón, azúcar, sacarosa, jarabe de alta fructosa.

Otra diferencia entre estas dietas es que, en la TMC, se debe consumir la totalidad de la preparación. De esta manera, se garantiza que la proporción cetogénica de la comida sea precisa. Además, es importante cumplir de manera estricta con las indicaciones nutricionales, ya que una transgresión alimentaria puede llevar al fracaso del tratamiento.

Por el contrario, en la dieta keto o low carb, los alimentos generalmente se pueden medir utilizando utensilios caseros como tazas o cucharas. Esto implica menor preocupación por completar la porción. Las personas que realizan la dieta keto o low carb pueden perder el progreso de la pérdida de peso si abandonan la dieta por un tiempo, pero las consecuencias no son graves.

 

En ambos casos, este tipo de dietas no cumplen con las leyes alimentarias de cantidad, calidad, armonía y adecuación, que hacen que un plan alimentario sea saludable y acorde a la persona que lo adopta.

Asimismo, se produce un disbalance de nutrientes esenciales como vitaminas y minerales, debiéndose suplementar para cubrir requerimientos nutricionales. Algunas consecuencias de la pérdida de estos nutrientes son cefaleas, náuseas, mareos, calambres, debilidad muscular, constipación, litiasis o cálculos renales.

Por otra parte, la adherencia al tratamiento puede verse afectada, lo que puede ocasionar ganancia de peso.

En el caso de la dieta keto para el descenso de peso, no se recomienda en patologías tales como diabéticos insulinorequirientes, pacientes con desordenes de la conducta alimentaria (TCA), con afecciones en glándula tiroides, riñones, hígado y páncreas.

 

Cada dieta tiene una particularidad y debe ser indicada según el caso específico. Es por esto que se recomienda consultar con profesionales de la salud idóneos en el área antes de adoptar dietas que pueden afectar la salud.

Ante cualquier duda, consulte con los profesionales del Servicio de Alimentación.