Regular el uso de pantallas en niños y niñas es fundamental para promover rutinas sanas.
Si bien la tecnología mantiene a los niños conectados, ayuda con actividades escolares, los entretiene y funciona como sustituto del lazo social, no deja de aparecer en los padres la pregunta por el uso adecuado de las herramientas digitales.
Como padres, formularse esa pregunta es ya estar advertidos del problema. Lo primero que se torna fundamental es el balance de la actividad digital. Más allá de todos los beneficios que ofrece para el desarrollo y entretenimiento de los niños, sabemos que un uso inadecuado de las pantallas puede ocasionar desajustes emocionales en ellos.
¿Cuándo debemos estar más atentos?
- Cuando el niño se siente mal, triste, irascible y recurre al dispositivo virtual para calmar sus emociones.
- Cuando aparecen desajustes en el sueño, su descanso se ve alterado o interrumpido.
- Cuando no logra respetar las pautas establecidas como pacto familiar por ocupar tiempo en las pantallas.
¿Cómo proceder?
- Regular el acceso a contenidos, éstos siempre deben ser seguros y acordes a su edad.
- Establecer un ambiente de confianza en el hogar. Entender sus necesidades y acompañarlos, según el grado de madurez, para que puedan acceder a contenidos seguros y acordes a su edad es de fundamental importancia.
- Es importante entender sus necesidades en este contexto, acompañarlos y realizar un seguimiento de la actividad virtual.
- Establecer y hacer respetar los horarios pautados en la rutina familiar.
- Ofrecer propuestas creativas que reemplacen el uso de pantallas por aburrimiento. Las experiencias que nos permiten contactarnos y relacionarnos fuera del espacio digital son muy positivas y necesarias para fomentar la creatividad, desplegar emociones y ayudarlos a procesar las experiencias difíciles.
- Dar el ejemplo. Somos sus referentes emocionales y no debemos descuidar ese lugar.