Marcelo Guagnini
Rev HPC ; :
Mucho se dijo y se dice de la relación entre el médico y el paciente (o sus allegados). Han tomado cartas sobre el asunto psicólogos, psiquiatras, periodistas, opinólogos, etc, etc., pero no sé si tanto se habla de la relación médico-médico, y de ahí el motivo del título.
Reflexiono sobre los dos casos, reconociendo que lo hago desde el punto de vista de un patólogo ... que es médico. Entonces no es demasiado lo que tengo que agregar respecto a la primera de las relaciones, sí tener que decir que me ha llamado la atención la necesidad de la gente a ser escuchada; más en este último tiempo.
Algunos tienen el privilegio de poder acercarse a nuestro servicio a solicitar resultados de sus estudios; y es allí donde se encuentran con oídos que atienden sus dudas, reclamos, dolencias, etc. Son gente que, en general, suele salir satisfecha con una simple conversación. Y digo "tener el privilegio", ya que en la era de la informática prácticamente la mayoría de los pacientes no acceden a sus propios estudios pues a través del sistema de cómputos, los resultados llegan directamente a manos del médico consultado. Debo reconocer que esto último tiene sus ventajas porque Internet masificó el conocimiento médico a toda la población con sus consecuentes problemas de interpretación, y siempre es conveniente que el paciente "sepa lo menos posible".
Es caer siempre en lo mismo decir que "el sistema" lleva a una atención casi despersonalizada, que no nos alcanzaría el día si tuviésemos que atender a todos los pacientes con la tranquilidad necesaria para establecer una estrecha relación con ellos, y que si así fuera, seríamos una pérdida para el sistema. Ya quedó en el pasado cuando el médico clínico era también el pediatra, el ginecólogo o el geriatra de la familia.
Evidentemente no se puede volver atrás, pero aún desde una especialidad supuestamente fría como la patología, entiendo que se está olvidando eso de que el ser humano es la combinación de ALMA-MENTE-CUERPO, y que para que una pata funcione, es necesario que las otras dos estén estables.
Sé que es difícil la solución, y que es fácil opinar desde una especialidad donde como dijo el Dr. Alberto Sundblad en una recomendable editorial anterior "... no pesan tanto las responsabilidades del médico tratante y la mirada puede ser menos comprometida."
La cinética del "todo vuelve" es real en este mundo, y si a veces necesitamos ser escuchados, ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros?
Pero no es el punto principal de mis reflexiones la relación médico-paciente, sino la relación del médico con el médico.
Siendo anatomía patológica un lugar donde convergen la mayoría de las especialidades, salta a la vista la falta de comunicación existente entre ellas y, lo que es más sorprendente, entre profesionales de una misma especialidad.
Se suele escuchar en la vida cotidiana en una pareja..."somos médicos los dos, pero en casa no se habla de medicina, el trabajo queda en el trabajo"; o entre amigos médicos "....cuando salimos no se habla de medicina"; bueno, ahora parece que ni en el trabajo se habla del trabajo.
Se ha atomizado tanto la medicina que he llegado a firmar 4 veces el mismo estudio para entregar a diferentes servicios. Hasta en ocasiones, repetir el mismo informe en lapsos de minutos a diferentes médicos dando la sensación que tal vez se hallan cruzado en el camino. Ni que hablar que esto mismo sucede dentro de un mismo servicio.
Demás esta decir que los pedidos de biopsia son el fiel reflejo de esta situación.
Allí queda realzada la evidencia, donde los datos clínicos del paciente quedan resumidos a la especialidad que lo remite, en gran parte no por omisión sino por inconexión; siendo lo contrario visto en contadas ocasiones.
Es verdad que el problema de la no comunicación es global, donde ya nos estamos acostumbrando a ver por la calle a los "mutantes" con su discman o mp3, donde el Chat está superando a la conversación y donde según estadísticas actuales cada vez vive más gente sola. Además hay que agregar que los celos personales y la intolerancia profesional están a la orden del día. Pero colegas..............la medicina es una sola.
Volviendo al principio, si el camino comenzó mal paciente-médico, siguió mal médico a médico, imaginar como será el cierre del círculo médico-paciente no va a ser muy difícil.
Al final, el único don que nos diferencia con los animales, es el de comunicarnos con el habla, y lo estamos perdiendo..............
Reflexiono sobre los dos casos, reconociendo que lo hago desde el punto de vista de un patólogo ... que es médico. Entonces no es demasiado lo que tengo que agregar respecto a la primera de las relaciones, sí tener que decir que me ha llamado la atención la necesidad de la gente a ser escuchada; más en este último tiempo.
Algunos tienen el privilegio de poder acercarse a nuestro servicio a solicitar resultados de sus estudios; y es allí donde se encuentran con oídos que atienden sus dudas, reclamos, dolencias, etc. Son gente que, en general, suele salir satisfecha con una simple conversación. Y digo "tener el privilegio", ya que en la era de la informática prácticamente la mayoría de los pacientes no acceden a sus propios estudios pues a través del sistema de cómputos, los resultados llegan directamente a manos del médico consultado. Debo reconocer que esto último tiene sus ventajas porque Internet masificó el conocimiento médico a toda la población con sus consecuentes problemas de interpretación, y siempre es conveniente que el paciente "sepa lo menos posible".
Es caer siempre en lo mismo decir que "el sistema" lleva a una atención casi despersonalizada, que no nos alcanzaría el día si tuviésemos que atender a todos los pacientes con la tranquilidad necesaria para establecer una estrecha relación con ellos, y que si así fuera, seríamos una pérdida para el sistema. Ya quedó en el pasado cuando el médico clínico era también el pediatra, el ginecólogo o el geriatra de la familia.
Evidentemente no se puede volver atrás, pero aún desde una especialidad supuestamente fría como la patología, entiendo que se está olvidando eso de que el ser humano es la combinación de ALMA-MENTE-CUERPO, y que para que una pata funcione, es necesario que las otras dos estén estables.
Sé que es difícil la solución, y que es fácil opinar desde una especialidad donde como dijo el Dr. Alberto Sundblad en una recomendable editorial anterior "... no pesan tanto las responsabilidades del médico tratante y la mirada puede ser menos comprometida."
La cinética del "todo vuelve" es real en este mundo, y si a veces necesitamos ser escuchados, ¿por qué no lo vamos a hacer nosotros?
Pero no es el punto principal de mis reflexiones la relación médico-paciente, sino la relación del médico con el médico.
Siendo anatomía patológica un lugar donde convergen la mayoría de las especialidades, salta a la vista la falta de comunicación existente entre ellas y, lo que es más sorprendente, entre profesionales de una misma especialidad.
Se suele escuchar en la vida cotidiana en una pareja..."somos médicos los dos, pero en casa no se habla de medicina, el trabajo queda en el trabajo"; o entre amigos médicos "....cuando salimos no se habla de medicina"; bueno, ahora parece que ni en el trabajo se habla del trabajo.
Se ha atomizado tanto la medicina que he llegado a firmar 4 veces el mismo estudio para entregar a diferentes servicios. Hasta en ocasiones, repetir el mismo informe en lapsos de minutos a diferentes médicos dando la sensación que tal vez se hallan cruzado en el camino. Ni que hablar que esto mismo sucede dentro de un mismo servicio.
Demás esta decir que los pedidos de biopsia son el fiel reflejo de esta situación.
Allí queda realzada la evidencia, donde los datos clínicos del paciente quedan resumidos a la especialidad que lo remite, en gran parte no por omisión sino por inconexión; siendo lo contrario visto en contadas ocasiones.
Es verdad que el problema de la no comunicación es global, donde ya nos estamos acostumbrando a ver por la calle a los "mutantes" con su discman o mp3, donde el Chat está superando a la conversación y donde según estadísticas actuales cada vez vive más gente sola. Además hay que agregar que los celos personales y la intolerancia profesional están a la orden del día. Pero colegas..............la medicina es una sola.
Volviendo al principio, si el camino comenzó mal paciente-médico, siguió mal médico a médico, imaginar como será el cierre del círculo médico-paciente no va a ser muy difícil.
Al final, el único don que nos diferencia con los animales, es el de comunicarnos con el habla, y lo estamos perdiendo..............
"Somos lo que hacemos; pero somos,
principalmente, lo que hacemos para
cambiar lo que somos"
(Eduardo Galeano)