Absceso de Brodie: A propósito de un caso. Enfoque diagnóstico

Enrique Carlos Giaccio, Mauro Lucca, Nicolás Nieto, Eloísa Prado, Iván Racelis

Rev HPC ; :


ABSCESO DE BRODIE: A PROPÓSITO DE UN CASO. ENFOQUE DIAGNOSTICO 

Enrique Carlos Giaccio, Mauro Lucca, Nicolás Nieto, Eloísa Prado, Iván Racelis.

RESUMEN
Un diagnóstico temprano en pacientes con infecciones musculoesqueléticas es importante para evitar la morbilidad y mortalidad asociada, la cronicidad del proceso y las secuelas subyacentes. La radiografía simple continúa siendo el examen inicial de elección pese a su baja sensibilidad y especificidad, debido al cuadro clínico  inicial incierto. La resonancia magnética es altamente sensible para la detección de osteomielitis(OM) aguda y artritis séptica en cuadros donde ya se la sospecha. La tomografía computada es de mayor utilidad para procedimientos intervencionistas y para determinar la evolución a  infecciones subagudas o crónicas. El ultrasonido es útil para la detección de derrame en ciertas articulaciones o de colecciones líquidas en partes blandas. La medicina nuclear  es altamente sensible para el diagnóstico de osteomielitis aguda, pero es de menor especificidad.

ABSTRACT
Early diagnosis of musculoskeletal infections is important to prevent morbidity and mortality, chronicity of the underlying process and the aftermath. Plain radiography remains the initial examination of choice despite its low sensitivity and specificity, because the initial symptoms uncertain. MRI is highly sensitive for the detection of acute osteomyelitis and septic arthritis in pictures where already suspected. Computed tomography is most useful for interventional procedures and to determine the evolution of subacute or chronic infections. Ultrasound is useful for the detection of stroke in certain joints or soft tissue fluid collections. Nuclear medicine is highly sensitive for the diagnosis of acute osteomyelitis, but lower specificity.

Palabras claves: Brodie, osteomielitis subaguda, absceso óseo.

INTRODUCCION
Se define a la osteomielitis (OM) como la infección del hueso y de la médula ósea, que produce un proceso inflamatorio que lleva a necrosis, destrucción ósea y aposición de nuevo tejido óseo. Clásicamente se ha divido la OM en aguda, sub-aguda y crónica, dependiendo de la evolución de la infección en el tiempo.
El absceso de Brodie es un tipo de osteomielitis subaguda hematógena localizada, cuya incidencia se ha incrementado en los últimos años. Suele afectar a individuos jóvenes, en la infancia y adolescencia. La localización principal es metafisaria, sobre todo de huesos largos. Debido a la ausencia de un síndrome infeccioso general, a la normalidad en las pruebas de laboratorio y a la dificultad en la interpretación radiológica, tiene frecuentemente un difícil diagnóstico. El tratamiento de elección es la antibioticoterapia via oral, reservándose la cirugía para los casos en que los pacientes no respondan a ellos.
Actualmente, los exámenes de imagenología juegan un rol importante en la evaluación de pacientes con sospecha o cursando una infección musculoesquelética.

CASO CLÍNICO
Paciente de sexo masculino, de 2 años de edad, sin antecedentes de relevancia. Comienza hace 15 días con dolor en miembro inferior derecho, que limita su movilidad. Inicialmente en cadera derecha y con irradiación hacia rodilla ipsilateral.

Al examen físico el paciente se encuentra en buen estado general, subfebril (37,5ºC) con dolor a la palpación y a la movilización activa y pasiva de dicho miembro. Además se observa tumefacción persistente de los tejidos blandos del tercio proximal de la pierna. Se le solicitaron los siguientes exámenes de laboratorio, con los siguientes hallazgos positivos:
Proteína c reactiva: 2,42 mg/dl (rango normal  0-0,5mg/dl)
Eritrosedimentacion:  67 mm/1 hora (rango normal.: 1-15)
Glóbulos blancos, recuento: 10,35 x 10*9/l (rango normal.: 5-13)
Como exámenes de imágenes se indica una radiografía de ambas rodillas, Ecografía Resonancia y gammagrafía corporal total.

DISCUSIÓN
Las infecciones osteoarticulares son frecuentes durante la infancia. La osteomielitis, forma más frecuente de infección osteoarticular en niños, se define como una infección limitada al hueso. Hay tres tipos de osteomielitis: aguda, subaguda y crónica.
Según su patogenia, pueden clasificarse en hematógenas, por contigüidad o por inoculación directa tras traumatismo o cirugía. Dentro de las hematógenas, la presentación mas frecuente en los niños es la osteomielitis aguda.
El absceso de Brodie es un tipo de osteomielitis subaguda hematógena primaria localizada, en forma de cavidad abscedada con necrosis supurativa y rodeada de un tejido fibroso. Fue descrito por primera vez por Benjamin Brodie, en 1832, y se caracteriza por ser una infección de curso insidioso y evolución tórpida, lo cual, junto con la ausencia de sintomatología sistémica, hace que pase inadvertida en la mayoría de las ocasiones. Se trata de una infección rara que se ha visto incrementada en los últimos años. Su patogenia se atribuye a un aumento de la resistencia del huésped y un descenso de la virulencia bacteriana, lo que produce una lesión casi limitada al hueso. Por ese motivo, la infección aguda frecuentemente pasa desapercibida.
El absceso de Brodie aparece sobre todo en adultos jóvenes; en niños y adolescentes es característica la afectación de la metáfisis de huesos largos de los miembros inferiores, sobre todo de la tibia. La afectación de la epífisis es infrecuente al igual que las artritis (debido a la barrera que constituye el cartílago de crecimiento). Hasta en un 50% de los casos el germen aislado es S. aureus, seguido de Streptococcus, Pseudomonas y Klebsiella. Las infecciones fúngicas y por micobacterias son poco frecuentes y se observan principal-mente en pacientes inmunodeprimidos.
Clínicamente, se caracteriza por una afección local con dolor óseo de características inflamatorias (es habitual que el dolor sea nocturno y despierte al paciente de noche). Hay por lo general ausencia de un síndrome infeccioso general.
Analíticamente, se observa un leve aumento de los reactantes de fase aguda (VSG, fibrinógeno y PCR) y ausencia de leucocitosis y neutrofilia en el hemograma. Los hemocultivos son siempre negativos.
La Radiografía simple continúa siendo el primer paso en el estudio del paciente con sospecha clínica de infección musculoesquelética, a pesar de no ser el método más sensible ni específico. Es de bajo costo, accesible, puede sugerir el diagnóstico así como excluir o mostrar otras patologías que puedan estar causando los síntomas. Tiene una baja sensibilidad. Puede manifestar hallazgos recién desde el 10º día. Sus signos tempranos son el aumento de volumen de las partes blandas y obliteración de los planos grasos y musculares adyacentes. Característicamente se observa una lesión lítica metafisaria con un margen esclerótico (figura 1). Se deberá realizar el diagnóstico diferencial con otras lesiones de baja agresividad (osteoma osteoide, granuloma eosinófilo, quiste óseo solitario) o malignas (sarcoma de Ewing, metástasis), en función de la edad, la clínica y la localización de la lesión.

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Figura 1. Lesión lítica de borde escleroso en la metáfisis tibial Proximal. La misma no compromete la placa de crecimiento.

La ecografía es accesible, de bajo costo, no invasiva y no está basada en radiaciones ionizantes como la RX o TC. Puede mostrar irregularidad e interrupción de la cortical ósea y colecciones subperiósticas.
La resonancia magnética (figuras 2 y 3) permite una detección temprana, delimitando la extensión del compromiso óseo y de partes blandas. Además ofrece imágenes multiplanares, siendo la mejor modalidad disponible para la evaluación de osteomielitis. Ofrece una alta sensibilidad por el buen contraste tisular de la médula ósea normal y anormal, dado por las secuencias con saturación grasa principalmente, donde las lesiones con gran contenido de agua como el edema, osteomielitis o tumores se hacen más evidentes. En la RM, el absceso de Brodie da un signo característico de aumento de intensidad de señal en T1 sin contraste entre el absceso y el hueso medular, llamado «signo de la penumbra» (penumbra sign), que ayudará a diferenciar la infección ósea de las lesiones tumorales.

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Figuras 2 y 3. En región metafisaria proximal de la tibia derecha se observa una imagen redondeada, hipointensa en secuencia T1, hiperintensa en secuencia T2. La misma se acompaña de importantes cambios edematosos/ inflamatorios en medula ósea y partes adyacentes. Tras la administración del medio de contraste e.v. (gadolinio ) se observa intenso realce anular en dicha lesión y medula ósea/partes blandas adyacentes.

El centellograma óseo (figuras 4 y 5) ha sido usado por años con resultados variables y con distintos compuestos marcados, que reflejan el metabolismo del hueso, como son el Tc-MDP 99m, Galio, glóbulos blancos, antibióticos marcados, entre otros. En general en OM aguda existirá mayor captación del radiotrazador en áreas de hiperperfusión, hiperemia o de actividad osteoblástica en las distintas fases. Puede mostrar anormalidad desde las 48 horas del comienzo de la infección ósea, por lo tanto, es mas precoz que la RX. La especificidad no es muy alta, ya que puede haber captación en otros procesos con metabolismo óseo aumentado como fracturas, artropatía neuropática, cirugía, trauma, elementos de osteosíntesis o platillos de crecimiento en pacientes jóvenes, los cuales son fuentes de falsos positivos.

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Figuras 4 y 5. Medicina nuclear. Zona única de captación patológica focalizada en metáfisis proximal de tibia derecha. Por todos estos hallazgos descriptos en las figuras se llega al  diagnostico, de absceso de Brodie.

El diagnóstico de confirmación es histológico, mediante biopsia de la lesión. La anatomía patológica se caracteriza por un tejido de granulación con infiltrados leucocitarios, histiocitos y revascularización capilar. También se pueden encontrar áreas de hueso trabecular necrótico con fibrina en el espacio medular. El cultivo de la lesión en la mayoría de los casos es negativo; no obstante, el germen aislado en más de un 50% de los casos es S. aureus.
El tratamiento de elección hasta hace pocos años era el desbridamiento quirúrgico más tratamiento antibiótico i.v. En la actualidad, diversos autores recomiendan un tratamiento conservador con antibióticos orales durante 6 semanas, en lesiones sugestivas de infección ósea localizada. Si es necesario, se procederá a la biopsia para un diagnóstico definitivo. La cirugía estará indicada si no ha habido respuesta al tratamiento conservador con antibióticos.
En nuestro caso, se realizo tratamiento conservador con antibioticoterapia por via endovenosa y luego por via oral.

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