Horacio Lores
Rev HPC ; :
31º ANIVERSARIO DEL HOSPITAL PRIVADO DE COMUNIDAD AVANZANDO EN MEDIO DE LA CRISIS
El 31 de mayo pasado el Hospital Privado de Comunidad ha cumplido el 31º aniversario de su inauguración.
Concebido a partir de la experiencia trunca de la Reforma Hospitalaria de la Provincia de Buenos Aires desarrollada en el Hospital Regional de Mar del Plata entre los años 1961 y 1964, su particular modelo organizacional, su orientación humanista y la búsqueda permanente de la excelencia médica, siguen siendo sus principales atributos, sostendidos por todos los que participan en las diversas actividades de la institución.
Es muy destacable el importante rol de los miembros fundadores que siempre apoyan el desempeño del hospital, así como el estimulante reconocimiento de los usuarios de los servicios y de la comunidad en general.
El amplio aval que hoy tiene la institución (Fundación Médica de Mar del Plata Hospital Privado de Comunidad) se ha logrado a través de tres décadas de prestación de servicios de atención médica de alta calidad, brindando capacitación de postgrado a jóvenes profesionales en las Residencias Profesionales, formando enfermeras en la Escuela de Enfermería de la institución, reconocida por la Universidad Nacional de Buenos Aires, promoviendo la investigación médica, actualizando en forma continua la tecnología para el diagnóstico y el tratamiento, colaborando con instituciones de bien público y actuando siempre con un alto nivel de responsabilidad y solidaridad ciudadana.
La situación política, social y económica nacional se ha seguido agravando y está cargada de incertidumbres produciendo un impacto muy desfavorable sobre el sector salud. El financiamiento de las instituciones prestadoras de servicios está muy comprometido, hay carencia de insumos y medicamentos y la condición socioeconómica de la mayoría de las personas ha empeorado incidiendo muy negativamente sobre su estado de salud.
La gestión gubernamental de los últimos años en el sector salud no ha logrado generar e impulsar el proceso de cambios que el país necesita y que se viene reclamando ante la evidencia de un retroceso continuo, evitable si hubiese disposición del gobierno para producirlo.
La grave emergencia nacional hace que hoy sea más
necesario que nunca establecer prioridades para asignar
recursos criteriosamente, dando respuestas posibles
a las necesidades en salud de la población. Pero eso no
ocurre, al contrario, el discurso político está cargado de
mentiras e hipocresías. Los gobernantes no asumen la
responsabilidad de tomar medidas efectivas ante la imrar
la construcción de la política de salud que tanto se
necesita y darle continuidad. Esa política deberá asegurar
el acceso a los servicios de salud de todos los
habitantes, desarrollar un sistema nacional debidamente
coordinado (sin que ello implique afectar el
federalismo), fortalecer la atención primaria y la prevención,
terminar con la nefasta fragmentación que hoy
aqueja al sistema de salud y tener como propósito esencial
lograr el más alto grado posible de equidad, sin
exclusiones.
Dr. Horacio Lores
Director del Hospital Privado de Comunidadposibilidad de cubrir todos los males que aquejan a la
sociedad en el campo de la salud, priorizando aquEllo
que es más necesario y urgente resolver en función de
su magnitud, vulnerabilidad e interés social. En los últimos
años no se ha establecido un cuerpo normativo
que avance en tal sentido. La confusión reinante ha conducido
a la «judicialización» de muchas cuestiones que
podrían resolverse dentro del sector si hubiese un marco
regulatorio apropiado.
Además, son evidentes las marchas y contramarchas
de los procesos de reforma sectorial que se vienen
anunciando desde hace más de diez años. Puede citarse
como ejemplo la paralización de la desregulación de
la seguridad social, la falta de interés en dar curso legislativo
a la normativa para la medicina prepaga, la
ausencia de categorización y acreditación de establecimientos
públicos y privados y el desgobierno del Instituto
Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y
Pensionados afectado por una interminable sucesión
de intervenciones cortoplacistas.
Volvemos a señalar que es imprescindible desarrollar
una fuerte autoridad sanitaria nacional, fundamental
para promover una política de salud elaborada con
la participación de todos los actores involucrados y de
la comunidad. Desgraciadamente, para lograr dicho
propósito el país ha tenido limitaciones propias y otras
impuestas por las fuentes de financiamiento internacional
que condicionaron su apoyo a la instauración
de reformas contrarias a la histórica concepción nacional
que establece para la salud el caracter de un derecho
inalienable de la población que debe ser garantizado
por el Estado. En los últimos años, a contramano de
dicha concepción, se ha tratado de imponer el concepto
de la responsabilidad individual como factor dominante
para el cuidado de la salud, hecho obviamente muy
ligado a la capacidad económica de cada persona, dejando
para el Estado un rol exclusivamente subsidiario,
muy mal cumplido por otra parte por la lamentable
situación en que se encuentran los efectores públicos y
por la falta de un seguro social para los que carecen de
cobertura.
El actual gobierno padece de una debilidad congénita
fruto de su frágil legitimidad. Es muy improbable
que logre las condiciones necesarias para generar cambios
de fondo. En el mejor de los casos solo podrá abordar
aspectos de emergencia sanitaria y, lo que no es
poco, recuperar algo del protagonismo que el Ministerio
de Salud debe tener en un país que pretende salir de
la crisis e iniciar un camino de desarrollo con equidad.
Quedará entonces para los futuros gobiernos enca-