El Cáncer de Colon, también conocido como cáncer colorrectal (CCR), es una afección altamente prevalente y causa frecuente de muerte en países occidentales. Desde el HPC destacamos que existe una amplia gama de estrategias de prevención primaria y secundaria que han demostrado reducir la mortalidad. Como, por ejemplo, el diagnóstico de pólipos preneoplásicos y su resección endoscópica.
El Cáncer de Colón es una patología con un largo período inicial asintomático y si bien tiene una alta incidencia en todo el mundo, su pronóstico es muy favorable cuando se lo diagnostica en etapas tempranas. Es por eso que se recomienda la realización de chequeos claves como el test de sangre oculta en materia fecal y la colonoscopia. El 90% de estos tumores surge a partir de pólipos que pueden ser detectados a través de estas prácticas preventivas y extraídos durante la colonoscopía.
¿Qué son los pólipos?
Son pequeñas protuberancias o lesiones elevadas “tipo verrugas” que crecen en la luz del aparato digestivo en su revestimiento epitelial y sobresalen en su cavidad. Si bien los pólipos pueden hallarse en varios sitios del tubo digestivo, son más comunes en el colon.
Los pólipos son muy comunes en los adultos. A pesar de que no son frecuentes en la gente joven, se estima que una persona promedio de 60 años de edad, sin factores de riesgo especiales, tiene un 25% de posibilidades de tener pólipos. La mayoría no causan síntomas.
¿Cuáles son los factores riesgo del CCR?
La edad es el factor de riesgo más importante en las personas sin antecedentes personales ni familiares. La curva de incidencia se eleva a partir de los 45 años y el 90% de los casos se diagnostican en mayores de 50 años. Un historial familiar de pólipos de colon y/o CCR aumenta el riesgo de desarrollar nuevos pólipos. Es muy importante la cercanía del vínculo, la cantidad de familiares afectados y su edad de aparición.
¿Cómo los diagnosticamos?
La edad promedio de presentación es de 65 años. El screening del Cáncer de Colon consiste en examinar a personas sin síntomas, buscando detectar pólipos y/o lesiones neoplasicas.
Los signos y síntomas del Cáncer de Colon pueden ser: dolor, hemorragia, mucorrea, trastorno del ritmo defecatorio, anemia y pérdida de peso entre otros.
En personas asintomáticas y sin antecedentes familiares el rastreo o pesquisa debe comenzar a partir de los 50 años con alguna de las estrategias recomendadas:.
- La sangre oculta en materia fecal SOMF es un método de bajo riesgo y fácil realización, pero de baja sensibilidad y especificidad..
- La videocolonoscopia es el método más preciso de detectar a los pólipos y lesiones neoplasicas. Se realiza bajo sedación y de manera ambulatoria. Permite realizar la extirpación de pólipos y la biopsia de lesiones neoplasicas, además del diagnostico de otras patologías benignas.
¿Cuál es el tratamiento para el Cáncer de Colon?
El primer paso consiste en una correcta evaluación inicial. Valorando el estado general del paciente, sus análisis de laboratorio y a través de diferentes estudios de imágenes, hacer la “estadificación de la enfermedad”. Gracias a ello se puede identificar hasta dónde se ha extendido el tumor. Es decir, cuánto ha crecido localmente y si ha dado metástasis o no. Este momento es crucial ya que definirá todas las medidas que se tomen posteriormente.
Es de suma importancia que la evaluación sea interdisciplinaria, donde participarán médicos especialistas en imágenes, cirugía, oncología y radioterápia.
En forma resumida, los tumores localizados tienen como objetivo la extirpación del tumor mediante la cirugía. En ciertas situaciones, la cirugía es precedida de quimioterapia y/o radioterapia.
Los avances conseguidos en los últimos años en las técnicas de cirugía laparoscópica hacen que hoy en día, en centros con experiencia en el manejo de esta patología, las complicaciones se reduzcan y que el paciente habitualmente tenga una internación de pocos días y pueda reincorporarse rápidamente a sus actividades habituales.
Dependiendo del estadio de la enfermedad, el oncólogo puede recomendar tratamiento posterior con quimioterapia para reducir el riesgo de recaída de la enfermedad.
Cuando en la evaluación inicial se demuestran metástasis en otros órganos el equipo multidisciplinario puede indicar tratamientos con quimioterapia y otras terapias “dirigidas” más novedosas. También estos pacientes pueden ser operados y así se conseguir mejores resultados que sólo haciendo quimioterapia.
En conclusión, como siempre en salud, es importante estar informado de la existencia de esta enfermedad y de que es posible en algunos casos prevenirla o diagnosticarla en forma precoz para que pueda conseguirse la curación con procedimientos poco invasivos. Cuando la enfermedad se encuentra más avanzada, es trascendental que exista una discusión del caso dentro de un equipo completo de especialistas antes de tomar una conducta. Es así como los pacientes consiguen el máximo beneficio posible.
Información elaborada por profesionales de los servicios de Gastroenterología, Cirugía General y Oncología del HPC