Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica y Nutrición

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), es una enfermedad progresiva y poco reversible, que se caracteriza por la obstrucción del flujo aéreo al respirar. Los principales factores de riesgo son el tabaquismo (el 90% de los casos son personas fumadoras), la contaminación del aire en espacios cerrados y abiertos, y la inhalación de partículas de polvo y sustancias químicas. Su prevalencia aumenta a partir de los 60 años.

Los principales síntomas de sospecha para detectar esta enfermedad son:

  • Tos crónica
  • Expectoración
  • Disnea (dificultad para respirar, sensación de falta de aire)
  • Sibilancias (el aire hace un sonido como silbido)

 

Hay dos formas de EPOC:

1) Bronquitis Crónica la cual implica una tos prolongada con moco (estos pacientes suelen tener sobrepeso u obesidad).

2) Enfisema (son pacientes que suelen estar delgados o desnutridos) lo cual implica con el tiempo daño en los pulmones.

 

Consecuencias nutricionales:

  • La desnutrición es frecuente en esta enfermedad y empeora la función pulmonar, la calidad de vida de la persona y aumenta la probabilidad de desarrollar más problemas de salud e incluso la muerte.
  • Algunos pacientes presentan estado de hipermetabolismo (su gasto energético está muy aumentado) por un aumento del trabajo respiratorio.

 

Algunas de las recomendaciones y acciones que ejercemos los nutricionistas son:

  • Corregir deficiencias nutricionales y desnutrición.
  • En personas obesas disminuir el peso corporal.
  • Mejorar la dificultad para masticar o tragar por falta de aire
  • Evitar la constipación y el esfuerzo excesivo para la defecación, así como la distensión abdominal.
  • Lograr que el sabor de los alimentos sea sabroso para combatir la falta de apetito.
  • La alimentación deberá ser fraccionada en 5-6 comidas diarias para aligerar la carga respiratoria al comer.
  • En caso de disnea la consistencia será blanda y de fácil masticación.

 

Nutrientes y alimentos recomendados:

  • Vitamina C, betacarotenos y Vitamina E, que poseen un efecto antioxidante que es positivo.
  • Las frutas y verduras.
  • El aceite de oliva, girasol, y frutos secos que contienen vitamina E.
  • Los pescados grasos como sardina, caballa, atún, anchoa, por poseer Omega 3 podrían prevenir el daño pulmonar causado por el tabaco y mejorar los síntomas por su efecto antinflamatorio.

 

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