Gastroenteritis, una infección habitual en verano

Cada verano, las consultas por nauseas, vómitos, diarrea y fiebre son de las más frecuentes a los centros de salud, y forman parte de lo que se conoce como Gastroenteritis Aguda.

Esta infección o inflamación del aparato digestivo suele ser causada en su mayoría por agentes infecciosos (virus, bacterias, parásitos) y el origen está relacionado con la ingestión de agua, alimentos contaminados o contacto  con alguien que esté infectado.

Si bien es una afección considerada estival y lo habitual es que los cuadros leves de gastroenteritis se resuelvan por sí solos en 48 a 72 horas sin mayores complicaciones, el objetivo principal es evitar la deshidratación reponiendo adecuadamente los líquidos perdidos a causa de la diarrea o los vómitos.

Los síntomas considerados de alarma para consultar al médico incluyen: que la diarrea dure más de 1 semana, o las heces sean negras, con moco o sangre, presencia de signos de deshidratación como boca y piel seca, vómitos o intolerancia a la ingesta de alimentos y fuerte dolor abdominal.

Para el tratamiento, en términos generales, no se requiere ningún medicamento porque la gastroenteritis se suele autolimitar. Los antibióticos solo sirven en caso de que la causa sea una bacteria, pero ni siquiera se aplican en todos los casos porque pueden afectar nuestra propia flora intestinal (microbiota).

Es recomendable la dieta líquida durante las primeras 12 horas  (agua, té, caldos, gelatina) e ir introduciendo alimentos más sólidos y en pequeñas cantidades según vayan mejorando los síntomas. El último alimento que debe introducirse es la leche.

Dentro de los alimentos permitidos, están el arroz, pastas, pan tostado, carnes magras (pollo) y luego ir incorporando progresivamente papas, calabaza, zanahoria, frutas sin piel (bananas, manzana, pera). Y dentro de lo restringido: chocolate, helado, dulces, legumbres, verduras de hoja, alimentos muy condimentados, grasos, muy azucarados, fritos y salsas y frutas como el kiwi, ciruela y naranja.

Prevención

Dado que las gastroenteritis se transmiten fácilmente de persona a persona, es conveniente extremar las medidas de precaución, en especial el lavado de manos frecuente por parte de los afectados y las personas de su entorno.

Las personas mayores, cuyo sistema inmune es menos eficiente y los bebes y niños son las personas más propensas a deshidratarse y merecen especial cuidado.

Servicio de Gastroenterología