En nuestra institución se llevó a cabo exitosamente una técnica novedosa e inédita en la ciudad denominada trombectomía mecánica. La misma, que consiste en un procedimiento mínimamente invasivo, se realizó a un paciente de 82 años con diagnóstico de ACV Isquémico, dando como resultado un post operatorio beneficioso.
Este paciente fue atendido de manera interdisciplinaria, interviniendo en el procedimiento el equipo de Neurorradiología Intervencionista con el apoyo del Servicio de Anestesiología, mientras que el diagnóstico inicial fue llevado a cabo por el Servicio de Neurología quienes, a su vez, realizaron el seguimiento post operatorio junto a la Unidad de Cuidados Intensivos, Dpto. de Enfermería y el Servicio de Kinesiología.
¿En qué consiste la trombectomía mecánica?
El Dr. Álvaro Valtorta, Neurorradiólogo Intervencionista del HPC y quien llevó a cabo esta novedosa intervención, explicó que este procedimiento tiene como principal beneficio reducir la mortalidad y la discapacidad que produce el ACV. “Se realiza a través de una pequeña punción en la ingle o la muñeca a fin de retirar un coágulo que esté bloqueando la circulación a nivel cerebral. Se busca restaurar la circulación cerebral en arterias donde la medicación endovenosa no tiene éxito, en pacientes bajo tratamiento anticoagulante y en pacientes con un horario de comienzo de los síntomas más prolongado, con menor riesgo de complicaciones”.
Respecto a qué pacientes deben someterse a la trombectomía, el Dr. Valtorta contó que son aquellos que cursan un ACV isquémico por oclusión de arterias de gran y mediano calibre, es decir los de mayor severidad. A su vez, explicó que en estos casos es muy importante el horario de inicio de los síntomas a fin de aumentar la probabilidad de recuperación neurológica.
Para finalizar, el Dr. Valtorta, destacó que es clave actuar con rapidez ante la aparición de síntomas iniciales y su posterior atención médica ya que es fundamental restaurar la circulación lo antes posible para que haya la menor cantidad de tejido cerebral afectado y así evitar o disminuir las potenciales secuelas. “Si bien es un procedimiento que se puede realizar hasta 24 horas de instaurado el cuadro, en algunos pacientes, cuanto más rápido se actúa mayor es la tasa de efectividad”, concluyó.